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Todo lo que necesitas saber sobre ser tu propio jefe.

¿Alguna vez te has sentido atraído por la idea de ser tu propio jefe? ¿De emprender el proyecto de tus sueños? ¿De no estar atado a un horario de oficina? ¿De generar grandes ingresos? ¿De poder trabajar desde donde quieras y de ser el dueño de tu propio tiempo?

 

Suena bien ¿no?, sin embargo, puede que ser tu propio jefe no sea tan mágico como te lo imaginas. De hecho, es todo un desafío para el cual no todo mundo está preparado y puede llegar a ser muy abrumador, especialmente para los emprendedores primerizos, quienes muchas veces no cuentan con las herramientas necesarias para sortear los retos que este proceso conlleva.

 

A lo largo de  este artículo  encontrarás algunas de las verdades que implica ser tu propio jefe. Tenerlas en cuenta puede ayudarte si es que estás planeando embarcarte en este camino, o si ya te encuentras en él. 

 

Verdad 1: Ser tu propio jefe significa que también serás un trabajador.

Este es uno de los aspectos que resultan más complejos, sobre todo durante las etapas iniciales, pues normalmente al empezar serás tú la única persona trabajando en tu proyecto. Tendrás que tener en cuenta que no habrá nadie detrás tuyo diciéndote que hacer, ni exigiendo plazos de entrega y la mayor parte del tiempo solo tendrás que rendirte cuentas a ti mismo. Por supuesto que esto tiene sus ventajas, sin embargo si no sabes cómo manejarlo puede convertirse en un arma de doble filo, deberás ser muy disciplinado y responsable para cumplir con tus objetivos. 

 

Es común que algunas veces tengas uno que otro conflicto interno entre tu rol de jefe, que tiene una visión para la empresa con demandas, metas y objetivos y tu rol de empleado que tiene que cumplirlas en tiempo y forma. No te preocupes, es más común de lo que piensas, solo debes encontrar la forma de que estos dos roles estén lo mejor balanceados.

 

Verdad 2: Ser tu propio jefe significa que tendrás más y mayores responsabilidades.

Por supuesto que tendrás más responsabilidades, porque tú eres el líder ahora y no hay nadie por encima tuyo. Eres tú quien tendrá que definir cuales son las tareas más importantes y la prioridad que cada una tiene, pues no olvides que si algo no sale de acuerdo a lo planeado, serás tú quien tenga que asumir las consecuencias y los riesgos  que éstas conlleven.

 

Verdad 3: Ser tu propio jefe significa que puede que no haya ingresos estables. 

Para nada es fácil hacerse cargo de las finanzas de una empresa, sobre todo si no tienes experiencia. Es común que en las etapas tempranas no tengas el mismo flujo de ingresos que tendrías si tuvieras un trabajo de tiempo completo. Por ello se recomienda que te prepares financieramente antes de emprender y aprendas por lo menos lo básico en cuanto al manejo de las finanzas. Esto te permitirá tener un buen respaldo y una mayor confianza para navegar los momentos difíciles.

 

Además, es importante que consideres que ser tu propio jefe también implica pagarte a ti mismo. Será necesario que te preguntes en tu rol de trabajador ¿Cuánto vale tu tiempo? y ¿Qué beneficios quieres obtener?

 

Uno de los principales errores al emprender es pretender que tu entusiasmo será el motor de tu empresa, cuando en realidad si no te pagas (aunque sea algo simbólico), tu entusiasmo decaerá al igual que las ganas de continuar dándole tu esfuerzo al proyecto.

 

Verdad 4: Ser tu propio jefe puede ser muy solitario

Si trabajas desde casa y no tienes un equipo, este proceso puede sentirse muy solo. Al inicio el trabajo serán tú y tu computadora por muchas horas al día, por lo cual será importante que construyas redes de apoyo, no solamente hablamos de networking sino de contar con personas o grupos de apoyo que te alienten, te escuchen y te apoyen emocionalmente. Recuerda que al ser tu propio jefe, tienes una carga laboral muy pesada, por lo que aprender a delegar y pedir ayuda será una de  las habilidades más importantes que debes desarrollar. Olvídate de la idea errónea de que si pides ayuda es porque no eres capaz, en realidad pedir ayuda es de sabios.

 

 

Verdad 5: Ser tu propio jefe implica mucho trabajo y tienes que aprender a gestionar tu tiempo.

Cuando eres el jefe, debes cumplir con varios roles al mismo tiempo (CEO, RP, diseñador, Community Manager, etc), sobre todo al inicio. Si estás pensando que por ser tu jefe tendrás todo el tiempo del mundo, entonces te sorprenderás, porque ahora que eres el dueño de tu propio tiempo, el reto es saber cómo vas a hacer para usarlo sabiamente. Recuerda que si no trabajas nadie te paga y que si no trabajas eficientemente estarás perdiendo dinero. Por esto la organización de tu tiempo respecto a tus metas y objetivos es un punto clave para el éxito de tu empresa, aprende sobre la ley de la simplicidad y evita complicaciones innecesarias: la mejor manera de llevar a cabo una tarea es la más sencilla.

 

Las etapas iniciales de cualquier empresa son complejas, sin embargo si eres perseverante y  te preparas, poco a poco adquirirás más experiencia y fluidez en tu trabajo, los errores te permitirán aprender rápidamente y te darán una guía sobre cómo mejorar. A continuación encontrarás 3 puntos clave que te ayudarán a que este camino sea más ligero.



Priorizar: con todo lo que tienes que hacer hay días en los que parece que será imposible sacar la tarea, por eso priorizar debe ser la prioridad de cada día. Ten en cuenta la lista de tareas por hacer y reflexiona sobre qué es lo más importante, qué puede esperar y en qué necesitas pedir ayuda.  Si estás comenzando, haz un análisis sobre en qué estás invirtiendo tu tiempo y si esta es la mejor forma para alcanzar tus objetivos a corto y largo plazo. Un buen hábito de productividad es dedicar 5 minutos antes de que empieces a trabajar para  revisar tu to-do list y decidir si es necesario cambiar las prioridades del día.

 

Descansar: esto puede sonar inesperado pues estamos hablando de productividad, sin embargo la verdad es que descansar es tan necesario para ti y tu empresa como cumplir todas las tareas de tu lista. No es necesario trabajar 24/7 y además tampoco ayuda mucho, pues cuando estamos cansados normalmente no damos lo mejor de nosotros y se agota nuestra creatividad. Tener tiempo para descansar es algo que definitivamente tiene que ser parte de tu agenda de trabajo, incorpora pausas durante el día para relajarte y disfrutar, y toma al menos un día completo para descansar y desconectarte del trabajo.

 

Ten en cuenta de cuándo y cómo te desempeñas mejor: tal vez te tome algún tiempo averiguarlo pero es importante que conozcas las condiciones mínimas que necesitas para trabajar y qué elementos son más favorables para tu creatividad y productividad. Por ejemplo, tal vez prefieras un lugar tranquilo en donde puedas hacer tu trabajo o quizá te sientas mejor en una cafetería en donde hay más personas y movimiento. También puedes experimentar con tu horario de trabajo ¿Has pensado cuántas horas al día eres realmente productivo? ¿Será esto por la mañana o por la tarde? Haz la prueba, descubre y crea tus condiciones de trabajo idóneas. 

 

¡Ánimo! A pesar de que ser tu propio jefe parezca complejo, la verdad es que nada se compara con la libertad que esto te da, una vez que aprendas cómo organizarte y alcances la estabilidad financiera empezarás a cosechar los frutos de tu esfuerzo y tendrás el privilegio de trabajar a diario en lo que te apasiona. 

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