La responsabilidad social abarca aspectos fundamentales: derechos humanos, cuidado del medio ambiente, prácticas justas de operación, participación y desarrollo de la comunidad, así como la gobernanza de la organización.
La responsabilidad social es mucho más que buenas intenciones. Puede ayudarte a fortalecer tu modelo de negocios y equipo de trabajo, haciendo a tu organización más resiliente en tiempos de crisis, como los que hoy enfrentamos. Tal fue el planteamiento de Gwenaelle Gerard durante su participación en INCmty 2020, el festival de emprendimiento más importante de Latinoamérica.
La historia de esta experta en responsabilidad social comenzó con una crisis laboral. Tenía solo 24 años cuando se dio cuenta de que su trabajo y el de su esposo no solo estaba truncando sus aspiraciones profesionales, sino que violaba sus derechos humanos. Ante tales circunstancias, decidieron iniciar un proyecto juntos, tomando en cuenta sus malas experiencias para mejorar, pues “en un mundo cambiante, te sometes o te sobrepones”.
Otra grave crisis ocurrió durante el sismo del 19 de septiembre de 2017, cuando sus oficinas en CDMX se vinieron abajo, lo que causó la muerte de varios de sus colaboradores. “Les llamo momentos cero, y todos los hemos tenido. Yo no sabía si nuestro proyecto aún existía siquiera. Entonces me llamaron colaboradores, clientes e incluso competidores para ofrecerme su apoyo. Fue maravilloso”, añadió.
Explicó que la responsabilidad social es una respuesta a los impactos generados por las actividades productivas en la sociedad y el medio ambiente, con un enfoque holístico que, de acuerdo con la norma ISO 26000, involucra siete materias fundamentales: derechos humanos, prácticas laborales, cuidado del medio ambiente, prácticas justas de operación, asuntos de consumidores, participación y desarrollo de la comunidad, así como la gobernanza de la organización.
Lo que se busca transformar no son los objetivos del negocio, sino la forma en que se utilizan los recursos y la relación con los grupos de interés. En México, solo el 30% de las empresas analiza su estrategia de negocios para definir sus acciones de responsabilidad social, y solo el 32% consulta a sus clientes y colaboradores para conocer sus expectativas.
Gwenaelle hizo hincapié en la importancia de los “activos gaseosos”, como el capital humano, la lealtad, la productividad, el conocimiento y la relación con los clientes, pues representan más del 70% del valor de las Pymes. Consultar a los grupos de interés permite conocer sus necesidades en vez de suponerlas, lo cual crea las condiciones para un mejor desempeño y resiliencia.
“La resiliencia es como un músculo que se va ejercitando. Entre más te equivoques, más te verás obligado a levantarte y a aprender en el proceso. En nuestro caso aprendimos que, gracias a las buenas relaciones con grupos de interés y a haber sido congruentes con nuestros principios, recibimos un apoyo invaluable por parte de nuestros colaboradores, clientes, cámaras empresariales e incluso de nuestros competidores. Pero si no fuiste socialmente responsable, congruente y no generaste confianza, te quedas solo y será muy difícil que te levantes”.