En una época de cambios constantes es posible reestructurar tu organización para mantenerla vigente. ¿Cómo? Con una cultura organizacional tan poderosa que vaya más allá de sus líderes.
Gilberto Crombé aparece frente a una mesa de futbolito y se presenta a sí mismo como “emprendedor serial”. Lo que podría parecer una extraña elección de escenografía es en realidad una perfecta analogía para empezar a calentar motores ante su audiencia. Es el segundo día de actividades de INCmty 2020, el festival de emprendimiento más importante de Latinoamérica, y Crombé presenta su ponencia Reestructura tu organización.
“Jugando futbolito me pregunto, ¿cómo podría hacer yo para que los jugadores no estén fijos y no esperen a que yo los mueva? ¿Cómo hacer para que hagan lo necesario para meter gol y ganar el partido?”, se pregunta (y hace pensar a los oyentes) a manera de preámbulo.
Para el también arquitecto de estrategias y modelos de negocio, un aspecto fundamental en toda organización exitosa es la retención de talento. Para ello da tres consejos clave a aquellos interesados en la aventura de emprender:
Gilberto Crombé, arquitecto de estrategias y modelos de negocio.
Con las recomendaciones anteriores, Crombé destaca un punto medular en las empresas: la cultura organizacional. “Para individuos, carácter es destino. Para organizaciones, cultura es destino”, así fue de contundente al explicar la importancia de definir y formar la cultura organizacional de una empresa del siglo XXI. Generar valores claros en la compañía hará posible que tu liderazgo como emprendedor trascienda tu persona física, aseguró.
También distinguió entre diversos tipos de compañías:
En este tipo de organizaciones la supervivencia es lo más importante; aquí impera la ley del más fuerte.
Se refiere a organizaciones muy estructuradas gracias a una jerarquía que se podría comparar con las divisiones de la milicia.
Son compañías que se manejan a través de resultados, indicadores y metas de ventas. Los números deben lograrse sin importar nada más.
Contrario a lo que sucede con las organizaciones naranja, estas empresas se caracterizan por no tener estructuras claras. En ellas es difícil lograr una sinergia que funcione para todos los integrantes del equipo, ya que todos tienen intereses personales por perseguir.
En estas organizaciones suele haber una pirámide en la que lo más importante es tener claro el valor de los productos y servicios que se ofrecen a los consumidores. Las distingue un liderazgo sostenible en todos los niveles hasta llegar a lo que Crombé llama “la línea de fuego”, el flujo de productos y servicios desde su cotización y fabricación hasta la transacción, servicio postventa y cualquier interacción con los clientes.
Y tú, ¿qué tipo de organización estás liderando? ¿Qué adaptaciones has hecho a tu compañía para generar ambientes armónicos en el que todos asuman un verdadero compromiso con los objetivos de la empresa?