La cultura del éxito es un elemento que la mayoría de las veces no es tomado en cuenta al momento de iniciar un emprendimiento. Desarrollar una cultura de éxito desde el inicio asegura el futuro de cualquier empresa.
Cuando una emprendimiento gana tracción y comienza a crecer, en muchas ocasiones el gran reto es conseguir el talento humano que garantice que el futuro de la organización sea viable. Cuando esto ocurre es porque la empresa carece de una cultura de éxito o bien, esta se ha formado por sí misma durante su proceso de crecimiento.
"La cultura del éxito sucede en todas las empresas, ya sea que la diseñes o no, por supuesto que es mejor diseñarla porque eso te da visibilidad a largo plazo, te ayuda a convertirte en un imán de talento. Cuando la cultura del éxito se genera con el accionar diario de la empresa generalmente tenemos talento que puede ser muy capaz, pero que no comparte la pasión que tu sientes como emprendedor, no comparte la pasión de la empresa".
Marité Río Coach del Growth Institute inició su ponencia "Construye tu Cultura del Éxito" con esta reflexión para los asistentes al INCmty, Marité, que es una experta en el desarrollo interno de las organizaciones hizo énfasis en la importancia de contar con una cultura del éxito, un elemento que muchas empresas no toman en cuenta, incluso desde su nacimiento.
"La misión, la visión de una empresa son algo que generalmente se desarrolla, pero los valores que guían a la empresa siempre evolucionan, algo que no se toma en cuenta es cómo se vive la meta de la empresa, cómo se vive la cultura de la empresa. Cuando un dueño piensa que su empresa ya no es la que el ideó, la que él esperaba es porque no hay una causa consecuencia en lo que afecta a la cultura".
Para Marité, el contar con un plan de desarrollo a largo plazo, y tener delimitado el alcance y la exigencia de la cultura de éxito son las bases de una cultura de éxito sana.
"La cultura se vive con el ejemplo del dueño o dueños cuando es una pequeña empresa o una startup, pero cuando creces, es necesario estipular políticas, que delimiten aspectos que afectan a la cultura de tu empresa, que protejan esa cultura y defina claramente que sanciones hay si se rompen esos límites. Piensen en ello como una cancha de fútbol, las reglas están muy claras para los que están en ella, y conocer las reglas hacen que se disfrute más el juego, lo mismo pasa con la cultura, sí está delimitada claramente, el talento humano vive la cultura de una mejor manera".
Un tercer aspecto para crear una cultura laboral exitosa es ofrecer a los colaboradores un balance adecuado entre su vida personal y su vida laboral, con ello, se crean relaciones más sanas y productivas entre las empresas y sus colaboradores.
"Tener personal trabajando de 9 a 5 no necesariamente quiere decir que estén realizando su trabajo de forma óptima, buscar estrategias que permitan un mejor balance en la vida de las personas, que les permita identificar a su empresa como una organización que se preocupa por su bienestar, por su espacio, su vida personal, se traduce en personas más apasionadas con su trabajo, que viven la cultura de la empresa día a día, que están convencidos de que donde están y lo que están haciendo es lo que los llena, los hace sentir plenos profesionalmente".
Una estrategia más, es ubicar y contratar a los que Marité llamó "Jugadores A" es decir, talento humano que se identifica completamente con la cultura y las metas de la empresa.
"Un Jugador A es aquel que se siente identificado con tu cultura, la vive, tiene metas de desarrollo personal y profesional que se alinean con las de tu empresa, tienes que hacer un análisis de qué tipo de jugadores tienes en tu organización: Jugadores A, B, o C, un jugador B se puede capacitar para ser un jugador A, pero un jugador C no vive tu cultura, no tiene metas que estén alineadas con tu empresa, a ellos hay que dejarlos ir, le hacen daño a tu organización y tú les haces daño para su crecimiento personal".
Para concluir, Marité Río invitó a poner más atención a la creación de esta cultura de éxito como un objetivo principal y no dejarse guiar sólo por el paradigma de la estrategia.
"Recuerden: la cultura laboral se come a la estrategia de desayuno".