En un mundo en donde las exigencias y las expectativas aumentan a diario, no resulta nada extraño que nos cueste balancear los aspectos personales y laborales con nuestro bienestar. Si a esto le sumamos los desafíos que ha traído el vivir y emprender en medio de una pandemia, es incluso esperable que mantener el equilibrio se nos salga de las manos.
Poco se habla en el ecosistema de emprendimiento sobre la necesidad de cuidarnos emocional y mentalmente, sin embargo, esto es igual de importante que saber dar un pitch o conseguir inversionistas. Recuerda que tú eres tu materia prima, si te agotas, tu negocio no podrá sostenerse por mucho tiempo, por lo cual, aprender a balancear tu trabajo con tu bienestar debe ser parte de tus prioridades.
Tener presente algunos de los retos más comunes que conlleva emprender te permitirá ser más consciente sobre qué necesitas para crear tu bienestar.
Primer reto: enfrenta el miedo al fracaso
Como emprendedores es vital que normalicemos experimentar miedo al fracaso, sobre todo en una sociedad que nos demanda siempre tener éxito. La incertidumbre y la preocupación son “pan de cada día”, por lo que es clave convertirlas en tus amigas y no en un gran jefe torturador. Es decir, para un emprendedor, fallar es parte de su desayuno, pero a la vez es una posibilidad de estar más cerca de la solución.
Ante el miedo al fracaso, experimentar es tu mejor herramienta ya que te traerá aprendizajes e información que antes no tenías. De hecho, la mayoría de las metodologías de diseño e innovación están basadas en la idea de experimentar para poder obtener información que nos permita mejorar. Es simple, sin intentos no hay resultados.
Además, es necesario que mantengas una visión a largo plazo, y te concentres en el proceso y no en el resultado. Es muy común querer obtener resultados rápidos y positivos, sin embargo cuando toda tu energía está destinada a pensar en el resultado, pierdes presencia y visión sobre el proceso, lo cual puede dificultar que tomes decisiones adecuadas para tu proyecto.
Recuerda que emprender es como correr una maratón, no un sprint. Al final, lo que hagas con tu miedo a diario hará la diferencia. La mejor forma de atravesarlo es centrarnos en el ahora, tomar nota de lo que sale bien y de lo que hay que mejorar, y aceptar la invitación que te da para experimentar. Es imposible emprender sin salir de tu zona de confort.
Segundo reto: elimina las falsas creencias sobre la productividad
¿Quién no ha escuchado el famoso dicho de “entre más horas trabajas, más productivo eres''? Existen muchas falsas creencias sobre la productividad que terminan alejándonos de pasar a la acción y acercándonos al agotamiento. Es un mito que entre más horas se trabaje más se avanza, ya que esto no significa necesariamente mayor eficiencia. Cuando trabajamos sin metas claras, haciendo muchas cosas a la vez (el famoso multitasking), se hace más difícil identificar nuestro avance, ya que nuestro cerebro pierde energía al recalcular de una tarea a otra y resulta en fatiga mental y física.
Si permites que la necesidad de ser productivo (al menos de esta forma), sea lo principal en tu vida, corres el riesgo de empezar a reemplazar actividades y espacios importantes para ti porque “hay que sacar la chamba”. Esta es una receta peligrosa que terminará por aumentar tu estrés y ansiedad.
Sabemos que el trabajo de un emprendedor nunca termina, siempre hay tareas pendientes. Por ello, es necesario fijar objetivos alcanzables de forma diaria, trabajando una cosa a la vez sin abrumarte. Piensa en qué significa un día productivo para ti y acepta que esto se puede ver diferente día con día, no todos los días tenemos el mismo nivel de energía.
Ante todo, mantente humano, pide ayuda, todas las personas tenemos diferentes habilidades y expertises, así que ten un equipo con el que puedas contar. Además, recuerda que el descanso es sinónimo de inspiración, cuesta más ser creativo cuando estás exhausto o atravesando situaciones difíciles. No olvides que descansar también es una acción que te trae nuevas perspectivas y abre espacio a la creatividad, no lo des por sentado.
Tercer reto: gestiona el estrés y la ansiedad
Como emprendedor o emprendedora, las cuotas de estrés y ansiedad que vives son mucho más altas que las de otro tipo de trabajadores. Esto trae riesgos silenciosos que afectan directamente tu cuerpo y tu mente, lo cual puede desencadenar enfermedades físicas y/o mentales. Basta con mencionar que un emprendedor suele trabajar un promedio de 60 horas semanales, sintiendo que todo es su responsabilidad.
Además, es común que tengas que cumplir múltiples roles (CEO, diseñador o diseñadora, freelance, PR) y sientas que la carga de trabajo se hace interminable. Súmale a esto que estamos viviendo en medio de una pandemia, la mayoría en home office y con grados distintos de aislamiento social, no es de extrañar que esto resulte en desbordes emocionales, estrés crónico y ansiedad.
El secreto está en aprender a balancear tu tiempo laboral con tu bienestar. Pregúntate cuál es tu presupuesto emocional para este día y aprende a equilibrar la carga en función de éste. Para determinar tu presupuesto emocional toma en consideración tu nivel de energía, cómo se siente tu mente y tu cuerpo hoy y qué retos específicos estás atravesando actualmente. Haz esto para gestionar tu carga laboral, es decir, no agendes todas tus reuniones pesadas para un mismo día ni tampoco todas tus entregas, la clave está en balancear tus actividades.
Ten cuidado con pensar que descansar es un lujo ya que si no agendas tiempo para recargar pilas, tu jornada puede sobrepasarte. Incluye en tu presupuesto financiero y en tu calendario actividades y prácticas de autocuidado que te generen bienestar, puede ser ir al gimnasio, tomar clases de yoga, darte un masaje, un baño con agua caliente, ir al fisioterapeuta, pasear a tu mascota o salir a mirar el atardecer. Recuerda que estamos viviendo un tiempo de aislamiento social, así que sal de la casa y despéjate de tu computadora al menos una vez al día. Como emprendedor o emprendedora, tú eres tu principal recurso, por lo que cuidar de ti es cuidar de tu negocio.
Estos son tres de los retos más comunes que enfrenta un emprendedor al balancear su vida laboral con su salud mental. Tenerlos presentes te ayudará a tener herramientas cuando se te presenten. Recuerda que nada es más importante que tener una calidad de vida equilibrada a largo plazo. Además, si alguna de estas situaciones se te sale de las manos también puedes buscar ayuda con un profesional en salud mental.
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